LA IMPORTANCIA DE UNA VALIDACIÓN ÚNICA Y SEGURA PARA SEGUIR SIENDO UNO MISMO

¿Qué es la identidad? La identidad somos nosotros, las personas. Traspasado al ámbito de la ciberseguridad, cuando hablamos de identidad digital nos referimos a un sistema de identificación seguro y efectivo que aporta confianza a todas las partes involucradas en una transacción o interacción. Esto se da porque propone su creación sólo una vez, para luego ser consultada siempre que se requiera, incluso para generar pagos. Con esto, sintetiza el proceso y fortalece la seguridad.



Hoy, la consigna es facilitar la transformación digital de las organizaciones y de los usuarios a través de la generación de mecanismos de confianza, conexiones rápidas y eficientes, que utilicen las tecnologías más avanzadas del mercado. 

Nuestra Plataforma de Identidad Digital MIA se basa en el concepto de Identidad Digital Única, omnicanal, e interoperable, respetando los estándares internacionales en materia de tratamiento de los datos y seguridad.

MIA es la única plataforma que hoy ofrece un modelo de interacción independiente del canal o el dispositivo, con certificación FIDO (Fast Identity Online, un consorcio de empresas líderes en tecnología, que propone eliminar el uso de contraseñas en sitios web, aplicaciones y dispositivos) de punta a punta. 

Ventajas de MIA

Toda transacción o interacción se procesa a través de la identidad y se autentica por medio del rostro del usuario, su voz, iris o la palma de la mano; es decir, a través de múltiples factores, a elección de la persona. Esto elimina la necesidad de utilizar usuarios y contraseñas, así como los modelos tradicionales de segundo factor como la validación de un correo o número telefónico. Asimismo, se reduce el riesgo de fraude y la fricción: no se altera el flujo o la experiencia, y tampoco es necesario generar descargas adicionales en otras aplicaciones, ni tareas complejas. 

Una de las propiedades de la Identidad Digital es que cuanto más se utiliza más se fortalece, a diferencia del modelo del usuario y contraseña, que cuanto más se usa más se debilita porque más se expone.

Por otra parte, la privacidad es un factor fundamental. El usuario no necesita exponer más información que la necesaria. Cuando compro un producto a través del e-commerce, el proveedor no necesita saber mi dirección, solo debe cobrarme. Y la empresa que me entrega el producto solo necesita saber la dirección. 

A su vez, las estadísticas indican que hoy 7 de cada 10 operaciones que se realizan en plataformas de e-commerce se pierden por distintos motivos. Y que el 3% de las operaciones son fraudulentas. 

En la plataforma MIA la información es inmutable, nadie la puede vulnerar, los datos son soberanos, se utiliza un algoritmo específico que transforma a la experiencia en simple y segura. Ese es el modelo. MIA en Argentina está integrada con el Registro Nacional de las Personas, la aplicación Nosis y la Administración Federal de Ingresos Públicos.

La evolución de la contraseña

Cuando se alcanza este modelo de Identidad Digital Única y se asocian las credenciales verificables, es decir, documentos, licencias o certificados físicos, todo se simplifica. La identidad cruza todo. Hacia este modelo de evolución nos dirigimos. El mundo está yendo hacia ahí, está empezando a pasar. 

El desafío es romper con los modelos tradicionales. El de las claves y las contraseñas, de la constante autenticación para demostrar que verdaderamente somos nosotros, es viejo. La transformación no es inmediata, pero debemos avanzar hacia ese proceso.

No tenemos que tratar de hacer, con la tecnología de 2023, lo mismo que hacíamos en 1980. El reto es utilizar la tecnología que hoy tenemos disponible para mejorar la experiencia de los usuarios y de las organizaciones, a través de la mejora de modelos que sean innovadores, fáciles de usar y más seguros.